domingo, 8 de enero de 2012

 Dimensiones de la Educación

 Modo de citar este artículo: Rivera, María José.  "Diemnsiones de la Educación" noviembre 2011. Internet: http://ensayosdefilosofia-cynicsutcanes.blogspot.com/ [Acceso: dd/mm/año]

Referencia al texto de J. Bernabeu Rico

Hay varias dimensiones que abarca la educación: la moral, la social, la económica y política. Así la Educación no puede ser concebida sin estos elementos transversales que demuestran en mucho la complejidad de llevar a cabo la terea educativa. Es pertinente concebir el proceso educativo entre las tensiones morales, políticas, sociales, económicas, porque el abordar estos problemas nos permite contemplar las funciones o competencias que se le exigen a la educación.

Educación y Axiología. La cuestión axiológica se ha debatido entre el objetivismo, el subjetivismo, y la variante más popular: relativismo cultural; desde la heteronomía de Durkheim a la universalidad propuesta de Kohlberg, Habermas, y del Imperativo Categórico kantiano. Más enfocado en el tema educativo Piaget dice que es un proceso evolutivo de construcción personal. Este debate alcanza a las propuestas educativas desde el nivel aula hasta el nacional, hay intenciones de jerarquías axiológicas no sólo desde las políticas nacionales sino, especialmente, desde el papel paradigmático del profesor, quien como delegado de la comunidad imparte una jerarquía de valores preestablecidos –aunque usualmente la unidad de “Valores” sea sólo abordada con carteles de cartulina que los niños pegan en su aula-. Se concibe a la escuela como espacio donde confluyen las valoraciones subjetivas y objetivas debe constituirse en una propuesta de valores transversales. Excelente ejemplo muestra la intención de un Desarrollo Sostenible como nuevo modelo estatal que articula valores ecológicos, solidarios, etc.

Esta articulación de la educación se extiende con la dimensión social, donde la educación debe intervenir para preparar a los individuos para la sociedad. Esta es al menos la concepción del autor pero que se contrapone en gran medida con la función transformadora de la escuela. Esta dimensión -como las otras- asumida por el Estado nos vuelve a mostrar la anulación de dicha función. 

Asumir al ser humano como capital humano es una clara conceptualización económica, así vemos en muchas de las misiones y perfiles de salida de las instituciones educativas el “formar individuos capaces de afrontar los desafíos actuales”. El objetivo de igualdad que se le propone a la educación, incluso en su nivel “liberador”, es cuestionado desde muchos puntos por no haber resuelto el problema de la desigualdad, sino más bien por haberlo llevado a otro nivel. 

La dimensión política muestra similares tensiones, tanto en la vida pública en general como con el Estado en particular. Los contenidos escolares son un saber público, pues la institucionalización de la educación implica la imposición de un currículo nacional. Por supuesto el respeto a la patria es un deseable y es justo el pretender una cultura nacional pero el conocimiento transmitido en la planificación escolar no es neutral sino que corresponde a intereses e ideales.

El autor propone la tesis de Rubio donde se espera responsabilidad y autonomía frente a conflictos axiológicos, realmente estos deben ser los puntos en los cuales es válido apoyar un proyecto educativo: Responsabilidad y Libertad, como valor a inculcar, pero cuya  eficiencia tendrá más si se hace en el núcleo familiar que en el escolar. Por otro lado, “El sistema educativo ha de integrarse a un mercado”, escribe J. Bernabeu, y tiene razón. Importante de entender estas características de la educación es entender que estas dimensiones apuntan a afirmar la complejidad del ser humano en sus múltiples facetas, como ciudadano, hijo, padre o hermano, como ente moral, económico, social y político.



Bibliografía
Bernabeu Rico, José L.. “Educación y Dimensiones de la Educación” Compilación de Catalina Izquierdo. Cuenca 2011.

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